Hoy en día son muchos los factores que fuerzan a las compañías replantearse la estrategia de producir fuera de su país de origen, no solo por los avances tecnológicos, es el aumento de los costes laborales, la guerra comercial, que conllevan a una fabricación más eficiente y mucho más exigente.
La gran fábrica del mundo queda en desventaja, debido al aumento de sus costes laborales y que las empresas deciden relocalizar las plantas que en su día llevaron a países Asiáticos como China o la India en busca de producciones más grandes y baratas. Entonces, no les queda de otra que replantear sus estrategias de deslocalización considerando opciones como México o devolverse a su país de origen para trasladar su producción nuevamente.
La deslocalización lo que generó fue desempleo, ahora lo que se busca es un nuevo replanteamiento prometiendo generar incentivos económicos para recuperar los empleos perdidos. La manera más viable es la vuelta de firmas de alta calidad favoreciendo el crecimiento de las empresas (Rebeca Sanver, Mustang o Panama Jack son algunos ejemplos).
Ahora con la relocalización del sector de servicios se produjo incremento en el empleo, lo que ha traído a España un 23% de lo que contrataba fuera, según sus cálculos. Se cree que ha sido en parte por el diseño de los productos, el marketing y los servicios de posventa, mas no en la producción en sí misma, explica Federico Steinberg, investigador del Real Instituto Elcano.
Otras de las razones de la relocalización es el creciente peso de los costes de transporte y el difícil control de la calidad que se puede ejecutar a distancia, además del elevado valor que el consumidor otorga a las marcas que producen en proximidad, que está relacionado con el proteccionismo que se extiende por el mundo.
Hoy por hoy, los estímulos para que las fábricas deslocalizadas en el sureste asiático retornasen a su país de origen, comenzaron con el Gobierno de Barack Obama, sin embargo ahora con el Gobierno de Trump ha puesto el pie en el acelerador con su estrategia Made in America afectando muchas industrias estadounidenses.
Por lo que, cuando la industria acomete inversiones lo hace pensando en el largo plazo, y repatriar la fabricación no es algo de improvisación, no solo es cuestión de montar una fábrica sofisticada y listo, muy por el contrario, hay que disponer de una red de proveedores industriales, tecnológicos y de personal capacitado, para que esto ocurra se necesita de al menos 10 años.