Hace unos días la Asociación de Águila Dorada de Mongolia dio un informe sobre el rastreo de la migración de águilas entrenadas al Himalaya, a más de seis mil kilómetros de distancia, el cual pudo ser posible gracias a los transmisores GPS, que son alimentados por energía solar.

Estos transmisores GPS permitieron a los investigadores recibir un registro sobre las ubicaciones de los especímenes por un tiempo determinado de cada dos horas.

Parte de la información que pudieron recabar según el Jefe de la Asociación, A.Atai, además de la parte norte del Himalaya, otras águilas emigraron a China y algunas, incluso, se quedaron en el territorio nacional.

Asimismo, se dio a conocer que los animales regresaron a Mongolia esta semana por la misma ruta que tomaron al Himalaya a principios de febrero.

Este estudio fue organizado por el Centro de Conservación y Ciencia de la Vida Silvestre de Mongolia y la Asociación, quienes se encargaron de liberar a las águilas doradas el pasado 22 de septiembre.

Lo impresionante es que ha sido la primera vez que los transmisores GPS son empleados en el marco de una investigación, con el objetivo de estudiar la muerte de estas aves, su migración, hábitat y tamaño.

Esto debido a que el águila dorada, es una de las aves de presa más conocidas y ampliamente distribuidas de la Tierra.

La caza con águila es un antiguo arte existente en la estepa de Asia Central desde Kirguistán a Kazajistán y Mongolia, con una tradición de unos seis mil años de antigüedad.

Su práctica de caza es la famosa ‘cetrería ecuestre con águila’, que solo se practica con  mientras Águilas Doradas adiestradas mientras se monta a caballo, por ser altamente cualificadas y de gran alcance, son elegidas para cazar cervatillos, zorros u otros animales pequeños.

Las águilas se caracterizan por lanzarse y matar con rapidez a su presa, por lo general rompiéndoles el cuello con sus poderosas garras, sin dejar rastros sobre sus presas.